Cómo elegir bien un
libro infantil
El artículo ofrece diversas
consideraciones sobre la selección de libros en una biblioteca escolar. Subraya
que es importante tener en cuenta la calidad literaria del texto y el tipo de
ilustraciones. En cuanto a los personajes, deben ser apasionantes, desenvolverse
en ambientes verosímiles y utilizar un lenguaje adecuado a la edad del lector.
Es conveniente que la temática sea variada. El autor insiste en la necesidad de
considerar la edad del lector y ofrece una serie de orientaciones. Por ultimo,
incluye un listado con algunas fuentes de información.
Dentro del proceso de organización de una biblioteca
uno de los problemas principales con los que se enfrenta el bibliotecario es la
selección de los fondos. A continuación vamos a exponer algunas consideraciones
generales que deben tenerse en cuenta, aunque pueden resumirse
en tres ingredientes: rigor, conocimiento de los destinatarios y trabajo en
equipo.
Los maestros y bibliotecarios ofrecerán a los niños
libros que estimulen su imaginación y su creatividad; despierten y desarrollen
su sensibilidad y ayuden a entender los sentimientos; provoquen la reflexión y
el sentido crítico; les ayuden a conocerse a sí mismos y al mundo que les
rodea; les abran nuevos horizontes y despierten aficiones e intereses hacia
nuevas parcelas de la vida cultural, social, artística, etc.; estimulen la
confianza en sí mismos y en el futuro; les potencien la capacidad de pensar;
favorezcan actitudes de tolerancia, respeto y solidaridad; sean divertidos y
estimulantes; y tengan calidad literaria: por su lenguaje, su contenido y su
formato.
1. Información y
formación
El maestro debe tener inquietud por formarse e informarse sobre los
géneros, temáticas, autores de prestigio y principales colecciones de la
Literatura Infantil.
2. Calidad literaria del
texto
El libro elegido ha de ayudar a desarrollar el gusto estético, estimular la
afición por la lectura y el descubrimiento y fomentar la creatividad.
3. Calidad de las imágenes
La parte gráfica del libro ha de despertar la imaginación para lo cual se
han de ofrecer variedad de técnicas y estilos para enriquecer la sensibilidad
del lector. Se buscará la armonía de las ilustraciones con el relato: ¿lo
complementa?, ¿lo enriquece?, ¿entorpece su interpretación? Las imágenes han de
poseer carácter narrativo propio y cada una habrá de estar acorde con el
contenido de la página. Habrá de existir proporción entre texto e imagen, en
función de la edad.
4. Personajes
Han de ser apasionantes, bien caracterizados psicológicamente, con los que
sea apetecible identificarse y que impacten al lector por sus actitudes y
sentimientos, más que por sus acciones.
5. Ambientes
Sean reales o fantásticos, habrán de ser siempre verosímiles y convincentes.
6. ¿Descripción,
narración, diálogos...?
Aunque con la edad la proporción aumentará, los textos tendrán más acción
que descripción, y los diálogos serán frecuentes para incrementar la agilidad y
amenidad.
7. Lenguaje
El lenguaje será enriquecedor y se adecuará al nivel comprensivo y
madurativo de cada lector. Se jugará con los dobles sentidos, juegos de
palabras y demás recursos creativos para potenciar el humor.
8. Temática
Se ofrecerá a los niños un abanico lo más amplio y variado de temas y planteamientos,
tanto en los argumentos como en los conflictos a los que se enfrentan los
protagonistas, valorando la verosimilitud y la honestidad con que se trate el
tema. Se valorará especialmente la sensibilidad y delicadeza con que
se traten temas como la muerte, el aborto, el divorcio, la violencia doméstica,
las drogas o el sexo.
9. Géneros
También aquí se buscará la variedad, huyendo del tópico encasillamiento de
las lecturas infantiles en el género narrativo. El teatro, la poesía, el
ensayo, el cómic y los libros informativos estarán presentes de modo
equilibrado en nuestra selección.
10. Aspectos formales
Es fundamental tener en cuenta los aspectos externos del libro: diseño de
la cubierta, tipografía (tipos y tamaños de letras), papel (calidad, textura, tintura),
encuadernación, maquetación, ilustraciones, prólogos, notas...
11. Rigor científico,
objetividad y actualidad del contenido
En las obras de referencia, consulta y documentales, pero también en los
libros de imaginación o creación.
12. Criterios subjetivos
Es inevitable y aconsejable aplicar criterios personales en la selección.
Pero sólo serán aceptables aquellos que deriven de una lectura personal y
crítica, que tengan en cuenta a los destinatarios de cada libro y que huyan de
planteamientos partidistas o moralizantes, lo cual no significa que haya que
desoír criterios morales o ideológicos.
De un modo u otro, el libro que seleccionemos nos ha tenido que «tocar», es decir, nos ha tenido que impactar porque nos interpela, nos hace replantear criterios personales, nos conmueve, nos sorprende, nos aporta conocimientos o enfoques novedosos, etc.
Conviene articular mecanismos organizativos y didácticos para formar en los propios lectores infantiles y juveniles criterios de crítica y selección, y una vez consolidados, favorecer su intervención en la elección definitiva y en la recomendación de lecturas a otros lectores. La selección se realizará siempre desde un grupo de análisis, y habrá que contrastar los criterios personales con los de los demás y afinarlos con la consulta de las diversas fuentes de selección que comentamos más adelante.
De un modo u otro, el libro que seleccionemos nos ha tenido que «tocar», es decir, nos ha tenido que impactar porque nos interpela, nos hace replantear criterios personales, nos conmueve, nos sorprende, nos aporta conocimientos o enfoques novedosos, etc.
Conviene articular mecanismos organizativos y didácticos para formar en los propios lectores infantiles y juveniles criterios de crítica y selección, y una vez consolidados, favorecer su intervención en la elección definitiva y en la recomendación de lecturas a otros lectores. La selección se realizará siempre desde un grupo de análisis, y habrá que contrastar los criterios personales con los de los demás y afinarlos con la consulta de las diversas fuentes de selección que comentamos más adelante.
13. El destinatario
La edad del lector hay que tenerla en cuenta, pero nunca como criterio
definitivo, pues es más importante valorar su momento evolutivo desde el
punto de vista psicológico, sus gustos, su historial lector (los
itinerario de lectura que ha seguido hasta ese momento) y su nivel de
conocimiento y manejo de las diferentes estrategias de comprensión lectora.
14. «Cada edad tiene su
aquél »
a. De 0 a 18 meses
Predominarán las ilustraciones que serán coloristas y estimulantes y
favorecerán la interacción niño/adulto. Historias con un texto mínimo.
Fotografías de objetos familiares permitirán al niño conectar lo impreso y el
mundo real. Los libros serán de cartón resistente y seguro (con bordes
redondeados), pero también de plástico, madera, o distintos tipos de tejidos.
Su tamaño permitirá que el niño los sostenga solo y pueda pasar las páginas. Se
incluirán sonidos y un tacto cálido y variado.
b. De 18 meses a 3 años
Ilustraciones sugerentes y fotos para mirar y hablar con el adulto.
Poesías, canciones y juegos acumulativos para repetir. Textos mínimos apoyados
en una pequeña historia narrada en imágenes (o pictogramas) e historias para
ocasiones especiales (cambio de pañales a orinal, nacimiento de hermano, caída
del primer diente...). Acción dinámica y ágil. Lenguaje claro y de calidad pero
no ñoño. Proporción texto/imagen. Las imágenes de objetos cotidianos con un
texto repetitivo permiten iniciar el desarrollo de las habilidades de lectura.
Variedad de formatos, tamaños y propuestas gráficas que aumenten su interés por
descubrir el mundo de los libros.
c. De 3 a 5 años
Historias que les diviertan expresadas con sencillez, no por ello triviales
ni pobres. Debe hablarse con los niños de casi todo, aunque es muy importante
la forma en que uno se exprese, para que ellos escuchen sin perder la atención.
Libros de poemas para recitar con el niño y que éste pueda memorizar.
d. De 6 a 8 años
Historias de animales domésticos que hablan, cuentos maravillosos, máquinas
personificadas, ambiente familiar (hogar, escuela, juego...) y humor. Han de
evitarse siempre las reflexiones que el niño no pueda entender, la crueldad y
el terror, el sentimentalismo (sensibilidad, no sensiblería), la metáfora pura
(no la comprende) y las descripciones minuciosas
El contenido será adecuado a la edad del niño y a sus intereses. Con argumento, suspense y aventura. Debe haber continuidad de acciones o de movimientos. Pocos personajes, para no desviar la atención del niño. Escrito en estilo directo, con diálogos frecuentes. Onomatopeyas de animales o de acciones o movimientos. Desenlace rápido y siempre feliz. No muy largos, comprensibles y convincentes. Impregnados de alegría y buen humor. Serán atractivos visualmente. Las ilustraciones –preferiblemente en color– deben estar sincronizadas con el texto para reforzar la comprensión.
El contenido será adecuado a la edad del niño y a sus intereses. Con argumento, suspense y aventura. Debe haber continuidad de acciones o de movimientos. Pocos personajes, para no desviar la atención del niño. Escrito en estilo directo, con diálogos frecuentes. Onomatopeyas de animales o de acciones o movimientos. Desenlace rápido y siempre feliz. No muy largos, comprensibles y convincentes. Impregnados de alegría y buen humor. Serán atractivos visualmente. Las ilustraciones –preferiblemente en color– deben estar sincronizadas con el texto para reforzar la comprensión.
e. De 9 a 11 años
Al mejorar la competencia lectora, le interesan los personajes con
problemas como los suyos y las aventuras de pandillas, en las que se proyecta.
Aunque también busca misterio, cuentos fantásticos y clásicos, biografías,
deportes y juegos, pueblos lejanos, humor, animales reales o fantásticos,
inventos, ciencia y experimentos para niños.
Hay que evitar moralejas. Acción, ambiente y caracteres vigorosos y dinámicos. No deben dejar en el niño dudas irresolubles. Frases no demasiado largas ni complejas. Tipografía de tamaño intermedio. Ilustraciones acordes al contenido del libro. Resumen del contenido en la contracubierta.
Hay que evitar moralejas. Acción, ambiente y caracteres vigorosos y dinámicos. No deben dejar en el niño dudas irresolubles. Frases no demasiado largas ni complejas. Tipografía de tamaño intermedio. Ilustraciones acordes al contenido del libro. Resumen del contenido en la contracubierta.
f. A partir de los 11
años
Se inicia el desarrollo de la conciencia social por lo que busca argumentos
que contengan problemas humanos –sociales o políticos– y alterna las lecturas
intimistas con la acción y la aventura.
g. Desde los 14 años
Se perfilan los itinerarios individuales de lectura que el joven jalona de
aquellos libros que le permitan reafirmar su personalidad. El adolescente
necesita modelos, espejos en los que reflejarse, ídolos con los que
identificarse y que le ayuden a desinhibirse, a descargar adrenalina y en quien
poder verter sus confidencias más íntimas. En la narrativa buscará soluciones a
sus conflictos y respuestas a sus anhelos e interrogantes. Los temas
problemáticos –drogas, paro, delincuencia, sexo– son un tabú para su entorno
familiar y por eso bucea en busca de novelas que traten estas situaciones desde
perspectivas realistas y asépticas.
Las fuentes de información más frecuentes son:
·
Bibliografías y guías de lectura de distintas instituciones (destacan las
del Centro Internacional del Libro Infantil de la Fundación Germán Sánchez
Ruipérez).
·
Reseñas y críticas literarias sobre libros publicadas en prensa.
·
Obras recomendadas en manuales de Literatura Infantil.
·
Recomendaciones de colegas que han experimentado la reacción de los
lectores.
·
Sugerencias de los títulos más vendidos en librerías especializadas.
·
Opiniones de los propios lectores (mediante termómetros de lectura o
recomendaciones recogidas en un boletín informativo de la biblioteca escolar).
·
Biblioteca Pública.
·
Seminarios de Lectura y Literatura Infantil.
·
Revistas especializadas (CLIJ, Peonza, Educación y Biblioteca,
Lazarillo, Babar, Primeras Noticias, Fadamorgana, Kukuluma, Faristol).
·
Catálogos editoriales (para usarlos sólo como una orientación).
Resulta evidente, tras lo expuesto hasta aquí, que la
selección es un proceso complejo y de gran trascendencia a la hora de dotar una
biblioteca de aula o escolar porque en él está en juego la cimentación de los
hábitos lectores. Por eso insistimos en la necesidad de conocer profunda e
individualmente a los niños y jóvenes, para lo cual debemos escucharles en
busca de las claves que nos permitan afinar en nuestras recomendaciones
–siempre exquisitamente respetuosas– de lectura y en nuestra selección, que
inexcusablemente habrá de ser realizada por un equipo multidisciplinar y
comprometido.
Conozcamos los libros y demás materiales de lectura,
desconfiemos de los listados de libros «ideales», perfectos para todos y cuya
«no lectura» es casi un sacrilegio. Confiemos en la vista, en la intuición,
pero vayamos más allá, no seamos frívolos adquiriendo libros solo
porque son bonitos.
Kepa Osoro
Clubs de lectores: la palabra compartida
Arizaleta Comajuan, Luis
Cuadernos de Pedagogia, marzo, nº 380. Barcelona. 2009
Para saber más de Literatura Infantil y Juvenil: una bibliografía
Bermejo, A.
Asociación Española de Amigos del Libro Infantil y Juvenil. Madrid. 1993
Biblioteca infantil CD [Recurso Electrónico] base de datos de Literatura Infantil Doc6
Fundación Germán Sánchez Ruipérez
FUNDACIÓN GERMÁN SÁNCHEZ RUIPÉREZ. Barcelona. 1999
Entrequinientos. Una selección de lecturas para niños y jóvenes
Fundación Germán Sánchez Ruipérez
FUNDACIÓN GERMÁN SÁNCHEZ RUIPÉREZ. Salamanca. 2000
Mil libros: una selección bibliográfica
Fundación Germán Sánchez Ruipérez
FUNDACIÓN GERMÁN SÁNCHEZ RUIPÉREZ. Madrid. 1996
Menos y mejores libros para hacer buenos lectores (Comunicaciones del I Congreso Nacional del Libro Infantil y Juvenil)
Mora, L. y Morán, J.
Amigos del Libro Infantil y Juvenil. Madrid. 1996
Selección de fondos: libros de ficción (D22)
Mora, L.
La biblioteca escolar: un derecho irrenunciable (Osoro, K.). 1998
¡Dejadles leer!
Patte, G.
Pirene. Barcelona. 1988
Un libro para leer muchos más
Peonza
Santander. 1993
Pautas para escoger las lecturas de nuestros hijos
¿En qué te fijas cuando vas a comprar un libro para un niño?
¿En lo que te gusta a ti? ¿En los gustos de él? ¿En los años que tiene? ¿En el
contenido del libro? Te damos pautas para que la elección sea la acertada en
función de la edad del lector.
Inculcar el gusto por la lectura a los más pequeños es uno
de los retos a los que se enfrentan muchos padres y educadores. En nuestros
días, en los que leer compite con otros medios de entretenimiento como la
televisión, el ordenador o la videoconsola, no es tarea fácil en demasiadas
ocasiones.
A la hora de elegir una lectura adecuada para un niño hay
que plantearse tres cosas que, aunque obvias, muchas veces no tenemos en
cuenta:
- Los
gustos del niño: ¿qué le gustaría leer a ese niño determinado? Él no
es nosotros y, por tanto, no tiene por qué gustarle los mismos temas, ni
su infancia es similar a la que nosotros vivimos.
- Gustaría
/ Debería: aunque parecido al anterior, muchas veces desestimamos un
libro porque consideramos que "deberían" leer otra cosa. Al
igual que los adultos, ellos también prefieren leer por diversión y para
evadirse de sus obligaciones diarias.
- Participar
de la selección: que el niño se involucre en la búsqueda de un libro,
ya sea en una biblioteca o en una librería, hará que se sienta más
motivado a la hora de leer. Hay que tener en cuenta su criterio y también
saber aconsejarle para que vaya afinando a la hora de elegir, sin olvidar
que una cosa es aconsejar y otra bien distinta imponer.
No hay nada como dar ejemplo con actitudes y comportamientos
adecuados a la hora de educar a un niño. Pues bien, en el caso de la lectura
ocurre igual. Un niño que ve a sus padres leer a menudo o que comparte buenos
ratos con ellos mientras le leen un cuento, probablemente se sienta más
interesado por los libros que aquel que solo entra en contacto con la lectura
en el colegio y por obligación.
Además de los gustos e intereses del niño, debemos tener en
cuenta su destreza y sus capacidades como lector, sus
lecturas previas, así como su edad. Los libros infantiles se dividen en
lecturas recomendables por rangos de edad que facilitan la elección.
Es importante ofrecer variedad de temas, géneros
y formatos, así como que el libro evite prejuicios y estereotipos estériles. El
contenido ha de ser atractivo, interesante y adecuado para él, procurando que
los elementos del argumento sean fácilmente comprensibles, con ilustraciones acordes
y enriquecedoras del texto, con un vocabulario rico y adaptado
a sus años, atendiendo a la calidad de la traducción, y también a los aspectos
gráficos y materiales de la presentación de la obra (calidad del papel y de la
encuadernación, tipo y tamaño de la letra, legibilidad, peso y tamaño...).
La cubierta y contracubierta del libro ofrecen datos útiles
como el tema, los personajes o los libros con los que se relaciona. El índice
informa sobre la trama y el estilo de la obra, en tanto que un vistazo a la
primera página o a la última página nos dirá si el libro puede o no interesar a
nuestro lector en potencia, el niño.
No debemos olvidar que hay un libro para cada lector y un
libro adecuado para cada momento.