lunes, 21 de octubre de 2013



Me gustaría compartir con vosotros esta reflexión de la editora de SM Elsa Aguiar (es mi editora, por qué no decirlo) en su blog "Editar en voz alta" (http://editarenvozalta.wordpress.com/)  acerca de la idoneidad del contenido de los libros para niños. Que cada cual saque sus propias conclusiones.




¿Proteger o protegernos?



24 febrero 2013



Un tema imposible de eludir cuando se trabaja para niños y jóvenes es el de si el contenido es “adecuado” para lectores de una determinada edad. Las opiniones son diversas y, por supuesto, todas respetables y discutibles por igual, dado que se basan en aquello de lo que cada uno considera necesario proteger a los niños. O no protegerlos.
La cuestión es que no somos niños, ni los niños de hoy son iguales a los niños que fuimos. Ponerse en el lugar de los niños y jóvenes de hoy sin serlo es uno de los retos de editar LIJ (y más aún de escribirla o de seleccionarla para ellos). Por eso me encantó esta entrevista gráfica que el autor de cómics Art Spiegelman le hizo al autor de literatura ilustrada infantil Maurice Sendak en la revista New Yorker:




La infancia es ”profunda, rica, vital, misteriosa, honda“, dice Sendak. Y sí, quizá nos asustaría conocer al niño que llevan dentro nuestros niños, como probablemente nos asustaría recordar, de verdad, sin romanticismo ni falsos idealismos, al niño que realmente fuimos. Porque efectivamente, sabíamos cosas terribles y sabíamos que era mejor que los adultos no supiesen que las sabíamos. ¿O no?
Determinar cómo se traduce esto a nuestro trabajo con o para niños no es tarea fácil, pero a mí me hace reflexionar. Me hace plantearme si al rechazar una novela para niños por demasiado dura pensamos en los niños o en los adultos que las leerán y nos juzgarán a través de ellas. Me hace pensar si como sociedad tenemos unos parámetros acertados respecto a de qué cosas hay que proteger a los niños y de cuáles no. Me hace mirar hacia nuestro papel como adultos que educan, hacia el sentido de la educación, hacia el trasvase entre el niño y el adulto que se produce en ese proceso. Y sin duda, me hace reflexionar sobre cuál debería ser la postura de la LIJ ante todo esto.
No tengo todas las respuestas, pero como casi siempre, creo que en este caso las preguntas son más importantes.


1 comentario:

  1. Efectivamente las preguntas son necesarias para reflexionar y para avanzar en nuestros objetivos vitales y profesionales. Una entrada interesantísima por estar basada en un clásico de la LIJ como Sendak y por profundizar en un tema complicado pero fascinante. Te la anoto como voluntaria.

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